domingo, 4 de septiembre de 2011

Esmeralda

Te llamas Esmeralda. Tienes 23 años. Tienes un hermano de 25 y una hermana de 19. No tienes padre, nunca lo conociste y tampoco te interesó mucho a decir verdad. Tu madre hizo lo que pudo pero no era una mujer, como decirlo, de muchas luces. Tuviste comida y cama siempre, no te puedes quejar, ¿verdad?
Te criaste rápido. No te pasaste años jugando con muñecas. Tu hermano hizo lo que pudo por ti y tú por tu hermana. Nunca fuiste la mejor en tu clase. Te interesaba más la escuela como una actividad que le daba sentido a tu desordenada vida que como fuente de aprendizaje. Tus profesores nunca se esforzaron en hacerte ver lo contrario.
Has tenido un par de novios. Nada serio. Te iniciaste sexualmente a los 17 con Pablo, nada del otro mundo. Desde entonces tuviste una seguidilla de amoríos que no te quitaron el sueño. Ahora Diego quiere llevarte a vivir con él pero tú sabes que eso no pasará. Te preguntas si algún hombre vale la pena.
Hace tres años empezaste la escuela de enfermería. Creerías que le daría sentido a tu vida. Ayudar a los enfermos. A los débiles. Los doctores te gritan a menudo por cosas que no hiciste pero estás bien. Al menos puedes hacer una diferencia, o eso te dices. El caso es que nunca llegas tarde y siempre haces lo que se te ordena. Tienes un compañero molesto, Yonattan, que siempre trata de conquistarte, y una compañera envidiosa, Laura, que te hace la vida imposible. No dejas que te afecte.
Nada en tu patética vida se compara con este momento. Nada de lo que soñaste o anhelaste le llegaba a los talones a lo que pasará a continuación. Honestamente, no te creías merecedora de tal felicidad. El telón se abrirá, y tú, solo tú, serás la estrella.
Te llamas Esmeralda, tienes 23 años, y lo que más amas en es

No hay comentarios:

Publicar un comentario